Mi hijo Diego y yo nos levantamos de madrugada, antes del amanecer y nos dirigimos a la montaña de León con la esperanza de ver un Lobo ibérico; de verlo sería el primer avistamiento de esta especie para mi hijo. Sus ojos llenos de ilusión me decían que este podía ser el día. En el trayecto en coche vimos Jabalíes, Corzos y hasta una Gineta, que aprovechaban las últimas horas de la noche para sus desplazamientos y alimentación.
Al llegar, nos apostamos en un alto, enmascarados entre la vegetación, con nuestra mirada fija en el horizonte, todavía adornado con finas cortinas de niebla.
¡Que soledad, que tranquilidad, que bello sonido el del bosque al amanecer!
Pero el Lobo, animal mítico pero a la vez maldito todavía hoy para muchos hombres, no se dejaba ver. El movimiento nervioso de los Ciervos y el alarmante canto de los Arrendajos nos indicaban que los Lobos no podían estar lejos. Y fue cuando, con los primeros rayos del sol, apareció en lo más alto del cerro, un precioso ejemplar de Lobo ibérico. Desde este lugar dominaba todo el valle.
Mi hijo Diego, de 8 años de edad, no se lo podía creer, allí estaba su sueño; con el telescopio disfrutó de cada uno de los detalles y movimientos de tan bello animal. Sobretodo, y a pesar de la distancia, quedamos impactados de su penetrante mirada, siempre alerta para detectar cualquier peligro. La observación fue larga, duró 40 minutos. Pudimos ver como el Lobo sesteaba y descansaba de su ajetreada noche, mientras que la hembra y los otros miembros de la manada nos pasaron desapercibidos.
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
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Lobo ibérico (Canis lupus signatus) |
Las fotos son las que son, ya sabemos que nunca podríamos captar en ellas la emoción de este momento único para nosotros. Pero somos conscientes que en estos casos, y más tratándose de esta especie, es más importante mantener las distancias para evitar la más mínima molestia al Lobo.
Además, hay que tener en cuenta que nosotros mismos, sin quererlo, podemos delatar su presencia a cazadores y gente sin escrúpulos, que no dudaría en envenenarlos o en pegarles un tiro.
VIDEO:
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